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Con Portugal en evidencia, nada más justo que conocer todos los rincones de este país que atrae la atención de miles de turistas brasileños. ¿Y qué tal comenzar por la región más auténtica? Situado en el centro-sur, el Alentejo sorprende por su amplia oferta turística, con opciones para todos los perfiles de viajeros. Ya sea en invierno o en verano, la región más grande de Portugal es el lugar perfecto para escapar del bullicio urbano y las multitudes, disfrutar de la vida a su propio ritmo.

Lo ideal es reservar al menos cinco días de estancia en el destino. Y, para elaborar un guión completo, echa un vistazo a algunos consejos y aprovecha todo lo que el Alentejo tiene que ofrecer.

Busque la fascinante historia de la región
Tenga información sobre la historia local antes de embarcar. Así, será mucho más fácil decidir qué atracciones visitar durante sus vacaciones y establecer el itinerario. El destino posee innumerables monumentos que testimoniaron momentos importantes del país, además de pueblos enteros declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como Elvas, al norte de la región. Si lo prefiere, contrate una guía local que podrá proporcionar detalles y curiosidades, añadiendo conocimiento y originalidad a sus paseos.

Incluye actividades para todos los participantes
Alentejo cuenta con actividades variadas y, en un viaje en grupo, es importante llevar la opinión de todos los involucrados en consideración. Para entretener a la familia entera, por ejemplo, una buena opción es pasar un día de actividades divertidas en el Lago Alqueva y hacer paseos en barco o deportes náuticos, o bien visitar el zoológico Badoca Safari Park, con muchas especies para conocer e interactuar.

Alojamiento en más de un hotel
Con una amplia diversidad de hoteles, posadas y herencias, el Alentejo posee innumerables propiedades que ofrecen una experiencia completa en hospedaje. Por lo tanto, trate de dividir su estancia en al menos dos pasos. Se puede dormir en los barrios antiguos de la realeza portuguesa, como una Pousada de Estremoz. O bien, probar lo mejor del turismo rural en hoteles como la elegante Torre de Palma Wine Hotel, en Monforte, o en la Herdade da Malhadinha Nova, en Albernoa.

Incluya experiencias locales en su itinerario
La artesanía es un recuerdo perfecto para llevar a casa, y cada pueblo o ciudad posee un oficio más característico, como alfombras y mantas hechas de lana de ovejas, artículos de corcho y cuero, prendas de vestir tradicionales y cerámica. Para ir a fondo en la cultura alentejana, incluya en el itinerario experiencias como cocinar un plato típico, participar en un taller de cerámica o incluso aprender el bordado usado en la famosa alfombra de Arraiolos.

Hacer el itinerario de coche
Esta es la mejor manera de viajar por el Alentejo y conocer sus más bellos escenarios. Incluso con buenas opciones de transporte público, el viaje en coche permite una mayor libertad, el contacto con la naturaleza y el descubrimiento de varios tesoros portugueses a lo largo del camino. Además, el destino no tiene grandes metrópolis, es decir, el tránsito es tranquilo por las pequeñas ciudades y aldeas repartidas por todo su territorio. Se puede alquilar un coche directamente en el aeropuerto de Lisboa, y la mayoría de las empresas de alquiler ofrece la “Vía Verde”, un sistema simplificado de pago de peajes.

Experimente la gastronomía sin igual
Un atractivo aparte, la gastronomía auténtica alentejana cuenta con platos sabrosos, basados ​​en carne de cordero, cerdo alentejano y liebre, además de pescados y mariscos, siempre acompañados por el pan tradicional de la región. ¿Dio agua en la boca? Así que trate de buscar restaurantes que traen lo mejor de esta inigualable cocina típica.

Sumérgete en una de las playas sin tocar
Reserve al menos un día del viaje para conocer el litoral alentejano y sus arenales dorados y casi desiertos. El destino tiene algunas de las mejores playas del continente europeo, muchas de ellas perfectas para la práctica de deportes náuticos, otras ideales para un día en familia y un buen baño de sol. Entre las más destacadas están Comporta, Tróia Galé y São Torpes.

Vinos y más vinos
La Meca de los apasionados por vinos, la región tiene opciones de enoturismo esparcidas por todo su territorio y es obligatorio incluir al menos una visita a las bodegas. Es posible conocer el proceso de producción de los premiados vinos, aprender más sobre ellos y aún degustarlos, tanto en bodegas y en herencias productoras. Las vendimias ocurren en los meses de agosto y septiembre. Si está por allí, usted puede participar de la cosecha y hasta de la pisa de las uvas.

Foto: Victor Carvalho